Melancólica, soñadora, la joven Irma es una de esas personas que contemplan la vida como si de una obra de teatro se tratara y que, en lugar de tomar parte en ella, desempeñan su papel desde el otro lado del telón. Su marido, el barón Ulrich von Buchow, es todo lo contrario: un hombre pragmático y con los pies en la tierra. Mientras Ulrich centra su atención en la finca y la educación de sus dos hijos, Irma siente que, poco a poco, el deseo de cambiar su vida por otra más interesante se va apoderando de ella? hasta que, de improviso, un trágico acontecimiento da un vuelco a la situación y provoca que todos los conflictos lleguen a su punto álgido. Los niños de los bellos días, última novela de Keyserling y una de las que escribió ya ciego, habla de amor y celos, vacío interior, grandes esperanzas y, a modo de prólogo del divorcio, el fracaso de un matrimonio.