Alexia Maccon, recientemente convertida en Lady Woolsey, se despierta a media tarde y descubre que su marido, en lugar de dormir plácidamente como todo hombre-lobo que se precie, está inmerso en una discusión a pleno pulmón de la que, acto seguido, desaparece sin ni siquiera despedirse, dejando a la pobre Alexia sola con el regimiento de soldados sobrenaturales que acaba de acampar frente a su casa, una plétora de fantasmas y una más que airada reina Victoria.
Pero Alexia cuenta con un auténtico arsenal con el que defenderse: su fiel sombrilla, la moda más radiante llegada desde el otro lado del Canal de la Mancha y grandes dosis de la cortesía más afilada de todo el Imperio.