Antes de alcanzar fama universal como autor de teatro y brillante conversador, Oscar Wilde ganó su prestigio inicial con la publicación de sus primeros cuentos: la aparición de El crimen de lord Arthur Saville y El fantasma de Canterville en 1887 le granjeó cierta notoriedad por su irónica manera de abordar dos géneros puramente británicos: la novela de detectives y la novela gótica. Crítico con la aristocracia y las clases altas de la sociedad inglesa o norteamericana, Wilde envolvía sus relatos en una distancia, en un humanitarismo irónico que poco tenían que ver con el naturalismo que en ese momento dominaba el panorama literario europeo.
Esta edición de los Cuentos completos de Oscar Wilde, a cargo de Mauro Armiño, presenta los textos ordenados cronológicamente y los acompaña de breves notas que aclaran referencias a acontecimientos o personajes de la época. En ellos puede apreciarse el germen de los temas que más tarde dominarán el teatro de Oscar Wilde: la novela negra y la narración detectivesca, las preocupaciones artísticas de la época, la delicadeza imaginativa, el romanticismo de sentimientos, la afirmación de valores tales como la generosidad, la lealtad o la amistad, el desprecio por el pragmatismo y la burla de la vanidad y del orgullo, o la descripción de la belleza despiadada y cruel en un relato como El cumpleaños de la infanta, que tendrá su expresión más acabada en su novela El retrato de Dorian Gray y en su tragedia más conocida, Salomé.
Oscar Wilde nació en 1854, en Dublín (Irlanda). Hijo de un médico y de una escritora, estudió en el prestigioso Trinity College de Dublín antes de abandonarlo a los veinte años con una beca para estudiar en el Magdalen College de Oxford. Tras graduarse, regresó a Dublín y se enamoró de Florence Balcome; pero Florence no le correspondió. Decepcionado, Wilde se va a vivir a Londres donde se convierte en un activo militante de las causas esteticistas y decadentes. A los treinta años se casó con Constance Lloyd, hija de un consejero de la reina. El ingenio y brillantez de Oscar Wilde le granjean amplia fama en las fiestas de sociedad, y en los años que van de 1890 a 1895 estrena con éxito creciente la mayor parte de sus obras de teatro: El abanico de Lady Windermere (1892), Salomé (1894) o La importancia de llamarse Ernesto (1895). En 1895 Wilde fue detenido y encarcelado acusado de sodomía por el marqués de Queensberry, padre de su amigo Alfred Douglas. Tras dos años de trabajos forzados, Wilde sale de la cárcel y se refugia en París, en cuyo hotel L'Alsace fallece tres años después, a los cuarenta y seis, sin haber visto rehabilitada su fama en Inglaterra.