William Thornhill es un barquero analfabeto del Támesis, en el Londres de comienzo del XIX. En una atmósfera que irremediablemente remite a Dickens, es exiliado a Nueva Gales del Sur por un crimen de subsistencia (robó unas maderas para mantener a su familia).El exilio se convierte en una nueva oportunidad para comenzar su vida, consiguiendo para sí la propiedad de una parte de la tierra que hay más allá del río Hawkesbury, que delimita la zona colonizada.El problema es que esa tierra ya tiene dueño, los aborígenes Darug. Aunque los colonos temen a estos hombres, deciden que no tienen derecho a poseer esas tierras y comienzan a dispararles y envenenarles sin ninguna contemplación. Sólo algunos encuentran la manera de coexistir con ellos, pero la hostilidad entre blancos y aborígenes sigue creciendo. Finalmente un grupo de colonos decide acabar de una vez por toda con los aborígenes y William deberá decidir si ir con ellos o no. Una decisión que le marcará el resto de su vida.