Pocos autores en el siglo XX han
sido tan discutidos y polémicos como
David Herbert Lawrence. Algunas de
sus novelas fueron prohibidas en Ingla -
terra por obscenas, y a pesar de haber
revolucionado la técnica novelística, su
estilo ha sido a menudo cuestionado; T.
S. Eliot llegó a decir en una de sus pa -
ta letas que sus novelas estaban «extre -
madamente mal escritas», cuando lo
cierto es que sus relatos poseen una
vida propia que, como dice E. M. Fors -
ter, «es fácil de criticar pero imposible
de olvidar».
Los tres relatos que forman este
volumen son la mejor muestra de su
última época. «La mujer que se alejó
a caballo» evoca con brío el asombro,
la belleza y el alejamiento, casi inhumano,
de las tribus indígenas de las
montañas. Su protagonista es una
mujer soñadora que escapa de la vida
convencional para irse a vivir con unos
indios que la llevarán a encontrar algo
muy distinto de lo que en principio
creía buscar; la mujer aceptará un te -
rrible destino y la fuerza mágica del
cuento hará que todo resulte completamente
verosímil. «El gallo huido»,
es crito algunos meses antes de su
muerte, es un relato no menos asombroso.
Lawren ce cuenta su propia versión
de un conocido episodio del Nuevo
Tes tamento utilizando el sexo como
ejem plo y trasfondo para su propio
sentido mítico de la vida. La fábula no
deja respiro y también resulta del todo
real. Las tres secuencias finales de «El
hombre que amaba las islas» forman,
a la manera de los cuen tos filosóficos
de Haw thorne, una vigorosa parábola
Juan Villoro (Ciudad de México,
1956), escritor, traductor y profesor en
la UNAM, en Yale y en la Univer sidad
Pompeu Fabra de Barcelona, ha recibido
el Premio Herralde por su novela
«El testigo», el Premio Xavier Villa -
urrutia por su libro de cuentos «La
casa pierde», el Premio Mazatlán por
sus ensayos reunidos y el Premio
Internacional de Periodismo Vázquez
Montalbán.
TRADUCCIÓN: JORDI FIBLA FEITO
PRÓLOGO: JUAN VILLORO.