A partir de una peculiar trama, esta novela nos habla de la estupidez de la sociedad en la que vivimos hoy en día, nuestras relaciones afectivas, nuestros proyectos, de manera divertida y cómica.
AVISO A LOS LECTORES:
Como la mayor parte de los miembros de su generación, Ana, la protagonista de esta novela, ha sobrevivido a los noventa arrastrando sus peores efectos secundarios: la resaca del boom de las drogas, los ansiolíticos de uso masivo y la soledad como opción de vida generalizada.
Pero además, Ana tiene un secreto: de niña adquirió la peculiar costumbre de comer tiza y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Jamás ha hablado de ello a nadie, ni siquiera a sus amantes o a sus amigas, hasta que un buen día descubre que el mundo es un lugar mucho más extraño de lo que imaginaba: otras muchas personas comen tiza como ella.
A partir de tan original premisa, esta inteligente y divertida novela retrata con oblicuo humor un mundo en que la estupidez es parte esencial de esa forma de vida que nos está devorando: agarrarnos a nuestras manías, vivir sin proyectos, consumir relaciones afectivas o sexuales y no comprometernos con nada.