La extraordinaria y fascinante personalidad literaria de Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, 1908 - Turín, 1950) se nos ofrece en su estado más puro en esta prodigiosa novela, la más perfecta del narrador italiano, compuesta poco antes de suicidarse en un hotel turinés y de dejar extendida en la primera página de su obra Los diálogos con Leucò la que fue su última frase: "Perdono a todos y a todos pido perdón. ¿De acuerdo? No chismorreen demasiado".
Elaborado con el inconfundible estilo del autor italiano, que es un feliz cruce entre la palabra dura y pedregosa como un puñado de tierra de su Piamonte natal y la palabra precisa y brillante como un pequeño sol trabajado a mano, hábilmente extraído del río del idioma, La luna y las hogueras es un relato simbólico y descarnadamente lúcido, poético en su planteamiento y magistral en su resolución, cargado de una fuerza irresistible que nos conduce desde la primera página al centro del laberinto del novelista piamontés: la triple imposibilidad de regresar al origen, de averiguar nuestro nombre verdadero, de encontrar un sitio en el mundo. Porque para el narrador protagonista de La luna y las hogueras el viaje a su pueblo -que desencadena la acción novelesca, articulada en torno a la bisagra del pasado y del presente, de la infancia y la adultez- es menos un viaje físico que un viaje al inconsciente de la tierra y de la memoria. Tratando de saber quién fue antes de nacer, en el curso de la novela el narrador protagonista comprende que no se puede reconciliar la historia personal y colectiva con ese tiempo mítico fuera del tiempo en que todo se repite como los ciclos lunares y todo se destruye como en una hoguera. Y sobre todo comprenderá que de aquella Tierra Prometida que tanto ha perfeccionado en sus nostalgias sólo queda un desastre de cenizas. Regresar, pues, conlleva pagar el tributo de un perenne desarraigo a cambio del conocimiento y la madurez, que consiste, según Pavese, en "no buscar fuera, sino en dejar que hable a su ritmo la vida íntima". La misma vida que encontrará el lector en esta novela que atrapa y sobrecoge por igual desde la primera página.