Estos relatos responden a una experiencia alucinante, mucho más que lo que pudiera ser la narrativa fantástica que trata de elucidarla, o de sublimarla. Es pues, una fábula extraña, más que unos cuentos fantásticos.
El cuento Aquello que callan los hombres, Leopoldo María Panero lo escribió en París, inspirado en dos textos, Labas de Husymans y La leyenda de San Julián el Hospitalario, de Flaubert, para un recital con prisa, con urgencia de deshacerse de España y de burlarse, o mejor, defenderse de la moral y de sus ídolos, según Panero.