Es este un retrato impresionista de la vida de un sujeto solitario e introvertido; desde ahí se entra en ámbitos tan diversos como son la emigración a Barcelona y el impacto que causa la ciudad en el que llega desde la España interior; progresivamente el solitario percibe la capacidad de la urbe para acoger la diferencia o la excentricidad. Subyaciendo a todo eso transcurre la vida interior del protagonista, capaz de componer una existencia imaginaria que puede alejarle sin esfuerzo de la dureza o la monotonía de la vida cotidiana. Todo sucede en la combinación del espacio urbano, con un claro protagonismo de la ciudad, desde el que llegan los recuerdos y, sobre todo, se edifican los sueños que dan sentido y belleza a su existencia.