Iuyeong es una joven perteneciente a la alta sociedad coreana quien, indiferente ante el mundo e incapaz de entenderse con su familia, no encuentra sentido a la vida y tras varios intentos fallidos de suicido, languidece entre el alcohol y la desesperanza. Sin embargo, su tía, la hermana Mónica, a la que siempre se ha sentido especialmente unida, ha decicido que su sobrina debe volver a vivir. Para ello, decide embarcarla en sus labores altruistas y juntas inician una serie de visitas al joven Iunsu, un condenado a muerte que sólo ansía que llegue el día de abandonar este mundo, sin esperanza alguna de redención. A pesar de sus dispares orígenes y la distancia entre sus vidas, Iuyeong y Iusun comparten una historia común de abusos físicos y psíquicos y, sin saber muy bien cómo, entre ellos surge una conexión que poco a poco les devuelve el deseo de vivir. Pero el tiempo que les queda es muy corto y antes de que puedan darse cuenta, solo les quedará el tiempo suficiente para recordar los tiempos felices que ambos conseguirán rescatar del olvido, el momento de la despedida y el aprendizaje del adiós. Aprenderán, también, que la libertad se encuentra, muchas veces, escondida en el fondo de nuestros corazones. Considerada el Paulo Coelho de la literatura oriental y capaz de despertar auténticas pasiones entre sus seguidores coreanos, hasta el punto de hablarse del “síndrome Gong Ji-young”, Gong consigue crear unos personajes rotundos y cercanos a un tiempo y una historia de amor y redención que funciona como un mensaje de esperanza al final de un oscuro túnel.