Animal tropical contiene varias historias coincidentes, pero en esencia es la historia de un hombre atormentado. Pedro Juan, aquel personaje mítico de la Trilogía sucia de La Habana, reaparece aquí algún tiempo después. Ahora tiene cincuenta años y pretende escribir una novela que no se atreve a comenzar. Se dedica sólo a pintar y escribir, pero sigue siendo el mismo pícaro con pocos escrúpulos y una ética particular, que acomoda a su conveniencia y necesidades.
Tiene amores con dos mujeres muy diferentes. Una es Agneta, una sueca de cuarenta años, a quien le trastorna su vida aséptica y milimetrada. La otra es Gloria, una pícara de Centro Habana, su vecina del piso de abajo: una chica de treinta años, mulata, con una experiencia excesivamente intensa de la vida y una filosofía peculiar. Gloria es un hueso tan duro de roer como Pedro Juan. Una de las aspiraciones de Pedro Juan es que Gloria olvide su verdadera vocación: bailar en el Palermo, un pequeño y vulgar cabaret ubicado en el centro de La Habana.
Escrita con el ritmo vertiginoso y desesperado que caracteriza la prosa de Pedro Juan Gutiérrez, esta novela, al igual que sus dos libros anteriores, permite leer una trama superior que a la vez esconde un tejido tupido, fuerte y denso que se mueve como un laberinto subterráneo por debajo de la novela. Animal tropical es uno de esos libros que en cada nueva lectura permite descubrir otras historias, soterradas por el autor con una eficacia perfecta.