Este nuevo libro de Quim Monzó contiene trece cuentos y una novela corta en los que despliega un alarde de comicidad negra. Son historias crueles, de felicidad, violencia e infiernos privados. A la maestría demostrada en sus libros anteriores, Monzó incorpora nuevas estrategias narrativas, y utiliza con originalidad una gama amplia de tonos que dan a El mejor de los mundos una fuerza singular: un innegable nuevo paso adelante de un cuentista excepcional.
«Alguien dijo que Borges era un escritor inglés que escribía en castellano; quizá con el mismo derecho podría decirse que Monzó es un escritor argentino que escribe en catalán. Porque Monzó viene de Borges, de Bioy, de Cortázar, destilados en un alambique donde conviven también Calvino, Manganelli, Saki, Handke o ciertos autores del posmodernismo norteamericano, como Donald Barthelme. Por lo demás, su literatura es engañosa: quiero decir que, sin duda porque es uno de esos autores que consiguen esconder tras una superficie tersa la complejidad que subyace en sus escritos y por tanto resultan fáciles de leer y difíciles de entender, Monzó es todavía mejor de lo que parece» (Javier Cercas, El País).
«Muy acertadamente, un crítico de Le Monde dijo que Monzó mezcla dos registros: uno realista y lírico y el otro fantástico y grotesco. Pero muchas veces la fantasía de Monzó nace de las entrañas de la realidad, y en ocasiones nada hay más lírico que un personaje grotesco. En eso Monzó es el rey: en saber exprimir toda la poesía de situaciones grotescas, en acertar a decirnos algo de nosotros mismos por medio de un vecino que espía con un telescopio a una vecina, o de un viejo que sospecha que su criada se le bebe el anís. Y por eso es de veras grande: más que por tener ocurrencias geniales, por saber aprovecharlas para ser profundo sin perder la sonrisa (y tantas veces para suscitar la carcajada)» (Juan Bonilla, El Mundo).
«En el mejor de los mundos posibles -que es sólo el mejor de los probablesconvive una familia asolada por el cáncer ("La vida perdurable") con, por ejemplo, un hombre linchado, para más inri, después de un "siniestro" ("El accidente"). Entre parejas y familias que se disgregan juntas y hombres que se desintegran solos, una novela corta ocupa el centro de esta última entrega de Monzó, "Ante el rey de Suecia", protagonizada por un escritor catalán obsesionado por conseguir el Nobel. La historia, patética y desternillante, es decir, humana, evita cualquier lectura en clave» (J. Rodríguez Marcos, Abc).
«La seguridad con que narra Monzó, la precisión descriptiva, la tensión lingüística, el respeto al lector, todo, hace de El mejor de los mundos un libro impecable» (Ponç Puigdevall, El País).
«Un excepcional dominio del lenguaje. Es tanta la seguridad y el control que ejerce sobre los mecanismos de la narración que incluso anticipa el desenlace. Y entonces, en lugar de ir a menos, la expectativa se dispara» (Julià Guillamon, La Vanguardia).