Desde su primera adolescencia, o sea desde que era casi un niño aún o ya casi casi un adolescente, Manongo Sterne Tovar y de Teresa se encuentra lanzado, o más bien ya bastante mal parado, en medio de un mundo de machos muy machos y hembras realmente reales. Y ahí, entre colegios de los que es expulsado por ser «un espíritu maligno», películas de amor que lo destrozan una y otra vez, veraniegas playas y piscinas para adolescentes de lujo que hubieran preferido cantar como Elvis Presley y sufrir como James Dean -aunque aparentando siempre la todopoderosa hombría de un John Wayne o un Marlon Brando- y el más anacrónico y caro internado británico de «América del Sud»; ahí, en medio de un mundo cuya ceguera y caída Alfredo Bryce Echenique nos retrata con un humor implacable, al que se superponen la nostalgia por lo definitivamente acabado y el más hondo e inesperado lirismo; ahí, en ese Perú eterno de los años 50, el personaje de esta novela encontrará a sus más grandes amigos, entre los más pobres y los más ricos de su país. Y encontrará también a Tere Mancini, la espontánea y entrañable muchacha que lo aplastará una y otra vez, a lo largo del medio siglo de historia del Perú que también cubre, con ironía y amor, con rabia y oculto dolor, y con desfachatez sin par, esta novela.
Nunca tanta risa en medio de tantas lágrimas, ni tanto dolor y decadencia feroz en medio de tanta risa como en esta novela de Alfredo Bryce Echenique, sin duda la más ambiciosa de un escritor extraordinario. Así lo reconoció únicamente una crítica entregada: «Obra maestra» (Diario 16); «Obra maestra» (El Mundo);«Una auténtica fiesta» (Abc); «Su mejor novela» (El País).