«Adán, Padre de todos los hombres, fue creado el día 28 de octubre a las dos de la tarde» La narración que así comienza apareció publicada en el Almanaque Enciclopédico de 1897 en Lisboa y es fácil imaginar el desconcierto de los lectores ante esta primera frase. Como en todo almanaque, el relato combinaba la divulgación científica con el mito, el naturalismo más crudo con la fantasía, sin olvidar otro referente: la Biblia. Y todo ello bañado con un humor y una inteligencia prodigiosos. Animales prehistóricos y espantosos, paisajes metafóricos descritos con prosa bellísima, una Eva que convierte en lógica y alivio todo lo que para Adán es misterio y terror: el Paraíso aquí dibujado nos parece tan real como nuestro mundo actual. Nacimiento y apocalipsis a la vez. Eça se atreve a imaginar cómo fueron los primeros días en el Paraíso del primer hombre, quien ni siquiera sabía lo que era un hombre. Un inolvidable Parque Jurásico con palabras del siglo XIX.