William Fisher lleva una vida tranquila en Boston, trabaja de administrador en el Instituto de Ciencias, tiene pareja y, ocasionalmente, toca su violín (don Chirridos). Un buen día, durante una excursión a la laguna Walden (y tras la inesperada aparición del fantasma de Thoreau), Fisher resbala sobre la superficie helada del lago y se golpea la cabeza perdiendo el conocimiento. Desde ese instante, todo parece conjurarse para que nada en la existencia de William vuelva a ser como antes. Le esperan una sucesión de bizarras coincidencias y bochornosas trifulcas que, en menos de una semana, lo empujarán a liderar una estrafalaria revolución y a participar en una espectacular persecución policial, en esta particular y satírica huida del mundo moderno y sus absurdos.