Siglos atrás, un rey tiene un súbito antojo que provoca un gran revuelo en la corte y largas y enconadas discusiones entre frailes, moralistas e inquisidores: quiere ver desnuda a su esposa, la reina, pretensión inaudita de la que se hace eco regocijado el mentidero de Madrid y que da mucho que hablar a los súbditos de Su Majestad. En esta pintoresca situación andan mezclados un valido, un jesuita portugués, una afamada cortesana y la superiora de un convento, que participan en innumerables peripecias magistralmente contadas con humor socarrón por el novelista. Una vez más, Gonzalo Torrente Ballester maneja como nadie los hilos de una intriga tan hábil como irónica, y nos ofrece una divertidísima estampa de la antigua corte española en un libro lleno de gracia picaresca y de amenidad.
«Como escritor, Torrente baja del pedestal a la historia para desmitificarla y reinventarla con ironía, para mostrar las puerilidades del poder y otros absurdos. Así ocurre con la Crónica del rey pasmado» (Manuel Rivas).