Emily Dickinson, (Amherst, MA. 1830-1886) fue una mujer muy culta, con conocimientos profundos y originales de Lengua, Astronomía, Botánica, Química, Geografía y Literatura. Ella leyó y se inspiró en las autoras más conocidas de su tiempo, como Charlotte, Emily y Anne Brontë, Elizabeth Barrett Browning, Elizabeth Gaskell y George Elliot. También la Biblia, la observación atenta de la Naturaleza y las obras de Shakespeare están muy presentes en sus poemas.
Con toda esta sabiduría y la genialidad incomparable de la que fue dotada por la vida, hizo de su escritura un “Camino de perfección” que no deja nada al descuido, logrando decir más y mucho más allá de lo comúnmente decible. Por eso siempre sorprende, “recrea y enamora”, porque sus palabras tocan el centro del universo, el nervio de cada dolor, la médula del amor, “el tuétano del día”, es decir, la experiencia.