Didot tiene un huerto divino donde las plantas se sienten a gusto. Aunque algunas, como el pepino, crecen mucho y le dan un susto. Entre sus hojas se abre camino y, trepa que trepa, sube que sube, Didot alcanza una nube. En esta segunda entrega de las aventuras de Didot, nuestro pequeño protagonista no solo descubrirá el trabajo que conlleva cultivar un huerto, sino que además conocerá a una nueva amiga con la que compartir momentos y aficiones.