"Nacimos en una guerra y moriremos en otra", dice serenamente uno de los personajes de estos cuentos. De Stalin a Putin, la vida transcurrió, preciosa a escala individual, terrible a escala colectiva. Así el viejo Aleksánder Ivánovich, nacido en un tren en 1941, acaba refugiado en un vagón litera en 2014, después que su ciudad haya sido destruida en un ensayo militar.
Heredero de Chéjov, Maksim Ósipov narra la vida rusa en tiempos de Putin, un trozo de humanidad que creyó en la paz y ve de nuevo la guerra. Su grito de ave doméstica logra preservar la sensibilidad de nuestro corazón. Ha dicho de él Svetlana Aleksiévich, Premio Nobel de Literatura 2015: "Cuando lees estos cuentos no dejas de pensar en lo difícil que resulta amar al ser humano. Es bello, repugnante y horroroso, pero para seguir siendo humano debes amarlo. Solo la gran literatura puede llevarte a eso."