El protagonista de Un mundo resplandeciente (1924) es un hombre con distintos nombres, capaz de volar e incluso de construir una máquina voladora movida por el sonido. Sabe que es el único poseedor de un mundo aparte y de un dominio aéreo, un mundo resplandeciente al que quisiera llevar a la humanidad entera, pero, consciente de esa imposibilidad, vela por mantener cierta justicia en el mundo de abajo. Precisamente por ello, los poderes terrenales (el dinero y la ambición de poder) lo perseguirán para someterlo a su servicio o, en caso contrario, para destruirlo. Su singularidad le permite salvar a una muchacha indefensa del acoso de la policía, pero a ojos del mundo él también constituye un peligro potencial que combatir, porque podría movilizar a las masas con sus fantásticas habilidades. El viento del romanticismo, sea brisa o huracán, debe ser reducido a la nada con el fin de que los poderes ocultos que detentan la fuerza y el orden establecido sigan haciéndolo en su propio beneficio. Y una mujer despechada se encargará de dicho cometido, al precio incluso de perder la razón. ¿Logrará ese extraño ser que puede volar a voluntad superar a ese terrible enemigo que no cesa de buscar su perdición?
Aleksandr Stepánovich Grinevski, conocido como Aleksandr Grin, nació en 1880, en Slobodskoi (Viatka, en la provincia de Kírov). Polifacético y autodidacta, quiso ser marinero, buscador de oro e incluso soldado, pero acabó siendo desertor y revolucionario, lo cual le llevó a la cárcel y al exilio. Fue en la cárcel donde empezó a escribir. En 1920 sirvió en el Ejército Rojo. Sus libros cosecharon cierta fama entre los nuevos lectores de la revolución, pero pronto cayó enfermo y se retiró a Crimea, donde murió de cáncer de pulmón en 1932. Tras su muerte, el dogmatismo soviético lo redujo al silencio, impidiendo la publicación de sus libros.
Como escritor, se le considera uno de los exponentes de la entonces naciente literatura soviética, dedicado al género fantástico y de aventuras desde un prisma básicamente romántico, al igual que Edgar Allan Poe, Robert Louis Stevenson o Jack London. En cualquier caso, es un escritor de efervescente y desbordante imaginación. Sus obras más conocidas son Las velas escarlatas, Cabalgando las olas, El estrecho de las tempestades o Un mundo resplandeciente, que se publica por primera vez en castellano.