«Los ríos son para mí urgencias de puentes, más que límites y fronteras.»
Hubo un primer puente, levantado entre 1974 y 1977, durante las fases iniciales de la Transición. Y luego un segundo, la Operación Tarradellas, que se hundió tras la dimisión de Adolfo Suárez y el 23-F. El tercero, más duradero, se mantuvo en pie cuatro años, a raíz del Pacto del Majestic de 1996 entre José María Aznar y Jordi Pujol, pero acabó dinamitado por el presidente español tras lograr la mayoría absoluta. El cuarto, sostiene Manuel Milián Mestre, ingeniero en la construcción de esos tres puentes, sigue siendo una incógnita.
Fraguista, fundador del PP —partido del que fue once años diputado— y del diario El País, Milián Mestre nunca ha dejado de trabajar por un proyecto estratégico y a largo plazo desde ambas orillas. Un entendimiento «sólido, firme y estable» en que sigue creyendo hoy, pese a los escollos hallados por el camino, entre los que invoca «el error indescifrable de un Mariano Rajoy como sucesor a dedo» durante el segundo mandato aznarista.
Entre el ensayo político y el relato autobiográfico, el libro que el lector tiene en las manos es ante todo una reflexión de Milián Mestre sobre el momento político actual, cuando todas las oportunidades de entendimiento entre Cataluña y España corren el riesgo de haber fracasado, y es también una llamada a la sensatez, a levantar nuevos puentes de concordia antes de que sea demasiado tarde.