Que Donald Trump es un imbécil es cosa bien sabida, incluso por sus más devotos admiradores, quienes, de hecho, lo admiran justamente por ello. Pero ¿qué clase de imbécil es, y cuán peligrosas son su bufonería y majadería? Responder a estas preguntas es hoy un problema metafísico de primer orden y una urgencia existencial no sólo para los Estados Unidos sino para el mundo entero. Pues bien, el filósofo Aaron James, gran autoridad en el floreciente campo de los estudios imbecilológicos, ha visitado el oscuro bosque del trumperismo en busca de las ansiadas respuestas. Y las ha encontrado.