Ambroise Vollard, marchante de arte, relata en el libro años de su relación con Renoir, recuerdos de las conversaciones y momentos que pasaron juntos. Desde el primer encuentro entre los personajes, surgido con motivo de la curiosidad que Vollard tenía por saber quién había posado para un cuadro que él poseía, a través de múltiples conversaciones en las que Renoir, poco a poco, confiesa al amigo toda su vida. El artista cuenta sus comienzos como pintor de porcelana, relata los tiempos de la guerra, habla sobre primeras exposiciones impresionistas, qué artistas le impresionaban y cómo solía elegir a sus modelos.