Es éste, sin lugar a dudas, uno de los libros más
representativos de G. K. Chesterton y probablemente
su mejor ensayo. Una especie de autobiografía
espiritual y vagabunda que completa lo
iniciado en su libro Herejes, de 1905 (Acantilado,
2007). Optimista y polémico, perspicaz
tour de force hacia una filosofía del asombro
agradecido y de la libertad mental y emocional,
este libro es ya un clásico indiscutible.