El 9 de enero de 1993, Jean-Claude Romand mató a su mujer, sus hijos, sus padres e intentó, sin éxito, darse muerte. La investigación reveló que no era médico, tal como pretendía y, cosa aún más difícil de creer, tampoco era otra cosa. Mentía desde los dieciocho años. A punto de verse descubierto, prefirió suprimir a aquellos cuya mirada no hubiera podido soportar. Fue condenado a cadena perpetua. Este libro narra esta escalofriante historia real que es un viaje al corazón del horror. El resultado es una obra excepcional que ha sido comparada con A sangre fría de Truman Capote.
«Excelente» (Soledad Puértolas).
«Novela apasionante y reflexión de escalofrío» (David Trueba).
«Un texto poderosísimo que sume al lector en el espanto» (Juana Salabert, La Razón).