¿Se puede matar en menos de tres minutos? ¿Se puede impartir justicia
mientras se escucha un adagio de Vivaldi? Sobre las noches de Cartagena
se cierne la sombra de un justiciero dispuesto a liberar a los impíos de sus
pecados con el mayor de los castigos. Tres personas se verán envueltas
en un ambiente opresivo y asfixiante: Elisa Montes, locutora de radio de
un programa de madrugada; Alonso Marquina, un inspector de policía arrasado
por las sombras familiares; Marcos Galván, un joven mensajero lector
insomne de la Biblia.
Las vidas de los tres se verán entrelazadas por el destino y la voluntad justiciera
de un perturbado que anuncia sus crímenes en «La sonrisa de la
luna», el programa de Elisa. Detrás de cada muerte no hay relación aparente,
salvo el delirio de quien se cree elegido por la divinidad para condenar
los pecados de los demás. Con cada crimen, con cada conversación
radiofónica, afloran ante los lectores los fantasmas que estos tres personajes
guardan en lo más profundo de su conciencia, justo allí donde creemos
que están más a salvo de miradas indiscretas.