Nuestra protagonista, una joven periodista mallorquina que trabaja para un diario en Barcelona, acaba de cumplir treinta años. Blai, que pinta retratos envejecidos de sus amigos, es incapaz de pintarla y ella se siente una musa en excedencia, «una idea para un cuadro que no acaba de definirse en un cuadro. Porque quizá se le ha pasado el momento. O no le ha llegado aún. Si es que tiene que llegarle».
Su vida, aparentemente estable, empieza a tambalearse cuando descubre que le van a subir el alquiler y a que dentro de seis meses perderá su trabajo. Mientras tanto, sus amigos comienzan a emparejarse, a hipotecarse y a plantearse tener hijos, ella descubre por casualidad una carta que un inglés escribe a una chica de Barcelona en la que le pide matrimonio y duda en si hacérsela llegar o no.