Con una estructura aparentemente caótica, una asombrosa variedad de recursos lingüísticos y un amplio despliegue de técnicas narrativas, Nathan Hill nos conduce por este laberinto mágico de setecientas páginas con seguridad, firmeza y mano maestra hasta su sorprendente final.
Si en las leyendas nórdicas el Nix es un espíritu que se aparece en forma de caballo blanco y roba niños, en esta primera novela de Nathan Hill -cuya publicación provocó un pequeño terremoto en el mundo literario estadounidense, que la recibió con un entusiasmo desbordante- se trata de una presencia intangible e indeleble que simboliza ese momento crucial en el que nuestra existencia descarría y ya no es capaz de recuperar su curso.
Así es como la vida de Samuel Anderson, escritor bloqueado, profesor hastiado en una universidad de segunda categoría y adicto a los videojuegos en internet, ha sido marcada por el Nix. Su madre, Faye, se fue de casa cuando él tenía once años y, después de más de dos décadas, reaparece de la forma más insospechada. Ha cometido un delito absurdo con presuntas motivaciones políticas que acapara los programas de noticias, inflama las redes y enciende las pasiones de unos Estados Unidos divididos ante el caso. Los medios presentan a Faye como una hippie radical con un pasado sórdido; sin embargo, hasta donde sabe Samuel, su madre era una chica normal que se casó con su novio del instituto. ¿Qué versión es la verdadera? A medida que indaga en la historia familiar -y, por ende, de su país-, el foco se traslada desde el Medio Oeste rural en los años sesenta hasta la Nueva York del movimiento Ocupemos Wall Street, regresa a los disturbios de Chicago en 1968 y, finalmente, se desplaza a la Noruega de la Segunda Guerra Mundial.
La crítica ha dicho...
«Un psicodrama entre madre e hijo plagado de espíritus y política, y también una tragicomedia sobre la rabia y la mojigatería de Estados Unidos. [...] Samuel describe a su madre como "una maestra en el arte de ser mala persona". "Todo recuerdo es una cicatriz", asegura ella. Para madre e hijo, las decepciones son "el precio de la esperanza", cuyo coste deberán compartir. Nathan Hill es un maestro genial.»
John Irving
«Una novela enormemente entretenida y rebosante de inteligencia. Su autor parece incapaz de escribir una frase anodina o de urdir una historia insulsa.»
The New York Times Book Review
«Nathan Hill maneja diversos registros narrativos, pasa de la sátira a la tragedia con soltura y nos ofrece, con este magnífico volumen, uno de esos raros universos ficticios en los que nos gustaría quedarnos para siempre. Una de esas novelas que nos recuerdan que, gracias a la literatura, no estamos solos en el mundo.»
Le Monde
«Este libro me ha roto el corazón. Una y otra vez. Y me ha hecho reír con la misma frecuencia. Me encandiló desde la primera página hasta la última. [...] ¿Nathan Hill? Va a ser famoso. Esto es sólo el principio.»
NPR