La vida de sor Juana Inés de la Cruz estuvo llena de paradojas: nacida en la Nueva España, hija de una madre analfabeta, se encerraba por horas en una biblioteca durante su infancia; aunque no fue reconocida por su padre, gozó de fama y publicidad en la corte virreinal, donde se codeó con los más poderosos; fue una exégeta de la Biblia, si bien en su tiempo la teología estaba reservada al sexo masculino; inclinada a las letras humanas, los hombres de Iglesia más prominentes de México le recordaron con insistencia que su obligación era obedecer y vivir como buena esposa de Cristo. En el convento de San Jerónimo de la Ciudad de México, sor Juana intentó, con mayor o menor éxito, reconciliar sus dos personalidades, la de letrada y la de monja. Sor Juana encarnó en su siglo la libertad intelectual y una forma extraordinaria de ser mujer.
Esta biografía pretende mostrar el complejo y diversificado contexto cultural que hizo posible que sor Juana fuese censurada y, a la vez, ampliamente celebrada. Ella no fue monja y poeta profana pese a su época, sino precisamente gracias a las circunstancias de esta, en la que prevaleció una excesiva porosidad entre corte y convento. Este libro propone una amplia exégesis de todos los datos que se conocen y ofrece al lector una interpretación novedosa de su silencio final.