Año 1944. Veit, un joven soldado vienés herido en el frente, se recupera en un pequeño pueblo de los Alpes austríacos. Allí, a orillas del majestuoso lago Mondsee y cobijados bajo el gran Muro del Dragón, lugareños y refugiados viven una extraña vida «normal», aparentemente alejados de la guerra. Las chiquillas del campamento de evacuadas marchan cada día en formación, cantando sin cesar tras su bonita y esquiva maestra. Robert, el brasileño, cuida de su invernadero mientras maldice a H. y a su horda, y sueña con regresar a Río de Janeiro. Él y su vecina Margot —una joven de Darmstadt con una bebé y un marido en el frente al que apenas conoce—, serán el salvavidas emocional de Veit, quien poco a poco irá volviendo a la vida y tratará de sobrellevar su inminente vuelta al campo de batalla.
A través de las cartas de los familiares, de la radio que nunca descansa, de las visitas médicas de Veit a Viena y de sus terribles recuerdos del frente, Bajo el Muro del Dragón se convierte en una magistral crónica, recóndita y minuciosa, de la devastación humana en tiempos de guerra.