Se suponía que había una sola camiseta de poder en el mundo: la Strong
boy, y que Olga la tenía. Por lo tanto, ella era la jefa de la pandilla y podía
mandar sobre Sofía, Ana, Gabriel y hasta sobre el gato y las hormigas.
Se suponía…
Olga ordenó al gato que le trajese un helado de fresa y a las hormigas que
le fabricasen una piscina, a Sofía que le diese una manzana y a Gabriel que
caminase a cuatro patas.
Menuda sorpresa y tamaño enfado se llevó Olga cuando todos consiguieron
su misma camiseta Strongboy en la heladería tan solo con comprar un helado
de fresa. Ahora todos eran jefes y podían mandar, pero no tenían a quién.
Por fin, encontraron un pajarito sin camiseta Strongboy y lo acribillaron a
órdenes. Pero el pequeño se negó a obedecerles. Las hormigas salvaron la
situación dando un giro de humor a la historia.
Jugando, jugando, esta pandilla lleva varios libros acercando temas importantes
a niños y padres.
En este caso se trata de cómo se maneja el poder, el papel de la autoridad,
el bullying, la obediencia por temor a represalias, los caprichos y frustraciones
de niños que, a veces, se manifiestan en forma exagerada.
Actitudes y emociones que generan batallas en las familias y en el colegio
más de una vez.
Por fortuna en este álbum de expresivos dibujos, el pajarito, que se salva
“por las plumas”, enseña que también existe la posibilidad de enfrentarse a
las conductas intimidatorias y de negarse a hacer siempre concesiones al deseo
del otro.