Ser padres es el trabajo más difícil del mundo y, a veces, la tarea puede ser aún más compleja, porque no todos los niños son fuertes, resistentes, capaces de crecer y adaptarse a cualquier entorno, como el diente de león. Algunos son más frágiles y vulnerables, como la orquídea, y reaccionan peor ante el estrés y las adversidades.
Gracias a la investigación llevada a cabo por el doctor W. Thomas Boyce sabemos que los genes que subyacen a estas dificultades no representan necesariamente una debilidad ni suponen una tara con la que se está obligado a vivir, sino una ventaja real si las condiciones familiares y ambientales son adecuadas.
En un libro que combina la experiencia de un científico con la de un padre y un hermano, W. Thomas Boyce ofrece consejos prácticos y esperanza recordando que la sensibilidad no es un defecto, sino que puede ser el recurso más poderoso.