Solo quien ha vivido la dolorosa pérdida de un ser querido sabe cómo es la experiencia del duelo, un proceso de asimilación de una realidad desoladora, en el que rara vez se llega a una completa aceptación de los hechos. Para Denise Riley, aclamada poeta y filósofa británica, el mejor camino para gestionar su situación personal fue el de la escritura. En 2012, cuatro años después del fallecimiento de su hijo, vieron la luz dos nuevas obras suyas: por una parte, un largo y hermoso poema sobre su pérdida, que más tarde daría forma al libro de versos Say Something Back, convirtiéndose en un clásico de la poesía británica contemporánea. Por la otra parte, El tiempo vivido, sin su fluir, un texto visceral a medio camino entre la confesión, el poema en prosa y el ensayo filosófico, que reflexiona sobre la sensación de tiempo detenido en que nos sumimos cuando perdemos a alguien cercano de forma repentina.
Introducido por unas páginas brillantes y conmovedoras que el escritor Max Porter redactó para la segunda edición inglesa, este libro está formado por unas entradas de diario que Riley escribió durante los meses siguientes a la muerte de su hijo, seguidas de un epílogo más extenso escrito posteriormente en el que la autora se afana en describir esta condición de la vida alterada; un estado doliente, entumecido, para el que Riley solo encontraba paliación a través del ejercicio íntimo de la literatura.
Este libro aborda un tema universal con palabras bellas, precisas y sinceras, que transportan al lector a la vida después de la muerte. He aquí una confesión íntima destinada a perdurar, una meditación lírica que se abre paso como un texto mayor sobre una gran necesidad humana: la de encontrar consuelo en el dolor.