En Estas Pa´ginas se evocan los gatos que anduvieron por las casas sucesivas de la infancia o, lo que es lo mismo, se evoca la infancia al hilo de los gatos que fueron jalonando la vida del autor. En todo caso se trata, a la vez, de una autobiografi´a y de una gatologi´a.
No hay animal ma´s digno que este´ conde- nado a una vida ma´s indigna. Porque el gato tiene la arrogancia de los grandes felinos — sus hermanos mayores: el leopardo, el tigre, el puma—, pero se pasa la vida huyendo por debajo de las cancelas y de los coches, o trepando por las tapias y las verjas. Es verdad que hay gatos bien tratados en hogares calientes, gatos que pasan el di´a sobre los sofa´s y los sillones y luego duermen en cestos de mimbre y estopa. Pero son los menos. Las grandes legiones las forman los gatos callejeros.