No son frecuentes las obras que, por distintos motivos, consiguen atraer la atención de sucesivas generaciones de lectores y estudiosos; obras que por extrañas razones o sinrazones ejercen una clara seducción, no se sabe muy bien si debido a su contenido o a una leyenda que el tiempo no hace sino acrecentar. Bitácora o prontuario, "Los raros" de Rubén Darío es un ejemplo de estos libros poco habituales. En él se cartografían las vidas de los escritores más admirados por su autor, quien, partiendo de un itinerario autobiográfico en lo literario y en lo intelectual, acaba por brindarnos además un mapa estético y moral de sí mismo. Publicado por primera vez en 1896, el mismo año que "Prosas profanas", y ampliado en 1905, "Los raros" no es solo un episodio más en la escritura de Darío, sino un hito decisivo en la literatura del XIX, que concentra a escala los sentidos, tendencias y posibilidades del fin de siglo al tiempo que hace las veces tanto de responso de un pasado inmediato como de celebración de una nueva literatura auroral.