Aun sin contarse entre los poemas más famosos de Alfred Tennyson, nunca traducido antes, que sepamos, al castellano, Godiva es, además de una muestra del incuestionable talento de su autor para la narración poética, la primera lectura moderna de una leyenda medieval de profundas raíces folklóricas que ha conocido, antes y después de la que nos ocupa, incontables recreaciones literarias y plásticas. Joan C. Lancaster afirma que es imposible determinar exactamente los hechos históricos que están en la base de la leyenda —ligada, para algunos estudiosos, a rituales de fertilidad paganos— de la gran dama bienhechora dispuesta a cabalgar desnuda para ablandar el corazón de su esposo Leofric, conde de Mercia, y liberar a su pueblo de un impuesto abusivo. Aunque fija el período más probable en que esos hechos pudieron producirse entre los años 1038 y 1057, poco antes de la conquista normanda. El primer testimonio literario que conocemos de ella data del siglo XII y se encuentra en las "Flores Historiarum" de Roger de Wendover, que luego utilizará Mateo de París en sus "Chronica Maiora" a comienzos del siglo XIII.