Hasta hace unos pocos siglos, para descubrir cómo era el mundo en el que vivíamos, teníamos que ponernos en marcha. Montar un burro o un camello, navegar o caminar… Dejábamos nuestras casas y nos encaminábamos hacia lo desconocido, y volvíamos con extraordinarios descubrimientos sobre otros lugares.
Estos viajes contribuyeron de manera importante a nuestro conocimiento del planeta y al conocimiento mutuo. Aquellos viajeros —de distintas épocas y lugares— son los personajes principales de este libro, repleto de mapas y muchas, muchas aventuras.