Durante la mayor parte de un lustro, el escritor, compositor, crítico y periodista británico Peter Culshaw tuvo el raro privilegio (pues a ningún otro cronista le ha sido concedida tal gracia) de acompañar a Manu Chao en su periplo por medio mundo —desde el corazón del África sahariana a buena parte de las Américas y, de vuelta ya en el viejo mundo, de Finisterre a los Urales— con el empeño de cantar sus gestas. El destilado de las confidencias vertidas a lo largo y ancho de tales andanzas es la piedra angular de una biografía que trasciende la obra musical del biografiado y nos
acerca a las viscerales querencias de las que emergería un prototipo de artista diferente, contestatario, esquivo y antihéroe por antonomasia. Fiel a su espíritu y a su ideario, renegó de las políticas comerciales de un mercado rendido a la presunta autorregulación que mecen los grandes conglomerados, y sigue cómodamente a la deriva, contra tiento y ralea.
La historia de este inefable cantautor hunde sus raíces en los suburbios de un París que acogerá la consolidación de su primera gran banda, Mano Negra, experiencia que acabará inadvertidamente convirtiéndole en un artista venerado urbi et orbi. Cosa que no le impide preferir acomodarse en el suelo de los pisos de sus amigos al oropel de los hoteles de cinco estrellas plagados de muchas más estrellas. Un activista antiglobalización, en suma, que se une a la lucha de los zapatistas en Chiapas, los Sem Terra en Brasil o las prostitutas de Madrid. Siempre del lado de los más débiles, los desposeídos, los derrotados.
A las puertas del vigésimo quinto aniversario de su primer álbum en solitario, Clandestino, he aquí la única biografía consentida y autorizada por Manu Chao, a cuenta de las confidencias recogidas en bares, expediciones por selvas y desiertos, conciertos benéficos, campos de refugiados, prisiones, grandes auditorios o en playas inencontrables.