El archipiélago de las Azores enamorará a los amantes del senderismo y de la naturaleza salvaje, y a quienes desean vivir lejos de las multitudes del turismo de masas. Este destino aún desconocido se divide en nueve islas de origen volcánico, cada una de ellas con su color dominante (azul de Faial, negro de Pico, verde de São Miguel, rojo de São Jorge, etc.), según sus características geológicas.
Desde São Miguel, la gran isla con lagos gemelos, hasta el pequeño Corvo, el volcán de Pico, el punto más alto del archipiélago (2.351 m), hasta las piscinas naturales geotérmicas de Ponta da Ferraria, las oportunidades de realizar escapadas es extremadamente rico. Se puede viajar de isla en isla en medio de miles de hortensias para conocer la inmensa caldera de Faial, las playas de arena negra de Ribeira Quente, los infinitos abismos de Terceira, las impresionantes cataratas de Flores, la laguna de aguas azul turquesa de Santo Cristo, el exuberante jardín de Terra Nostra, sin olvidar una parada en el mundialmente famoso puerto de Horta, un paseo por las calles impregnadas de la historia de Angra do Heroísmo y observar los cetáceos que cruzan la zona.