Cuenta una antigua leyenda, que una madre, con su hijo muy enfermo fue a buscar a un viejo sabio que, según la gente, podía curar cualquier enfermedad. Al encontrarse con el anciano, le rogó que salvara la vida al niño.
Este respondió que no tenía el don de curarlo, pero podría decirle cuántos días viviría el pequeño. Para saberlo, la madre tendría que adentrarse en el bosque y traerle de vuelta una flor amarilla. El número de pétalos de la flor serían los días que viviría su hijo.
La mujer se dirigió hacia el bosque y allí encontró un conjunto de flores amarillas. Cuando fue a cortar una, descubrió que solo tenía cuatro pétalos. Consternada por el dolor, comenzó a rasgar cada pétalo en finísimas tiras, quedando divididos los cuatro en miles de pedazos.
Al regresar y entregar aquella flor al anciano, el hombre suspiró y, con una sonrisa en la cara, dijo: «Solo una madre es capaz de realizar un prodigio como este. Devuelve la flor al bosque y regresa a casa. Tu hijo vivirá tantos días como pétalos tiene esta flor.»
El niño creció y se convirtió en un hombre. En agradecimiento, la mujer regresó a visitar a aquel viejo sabio. Al llegar a su destino descubrió un hermoso prado rebosante de flores amarillas con miles y miles de pequeños pétalos, iguales a los de su flor.
Se dice que desde entonces, los crisantemos tienen más pétalos que estrellas hay en el cielo, y simbolizan la suerte y la salud y el amor incondicional por los seres queridos, como el que profesa una madre por su hijo.
La leyenda del crisantemo es un cuento tradicional japonés que ilustra mejor que ningún otro, la temática y el contenido de este libro. Una nueva selección de fábulas y leyendas realizada por Yei Theodora Ozaki, traductora y folclorista que introdujo en Occidente mitos y leyendas populares que hasta entonces solo se transmitían de forma oral de generación en generación. En resumen, unos relatos inolvidables que nos ayudarán a comprender mejor la filosofía y el sentir del pueblo japonés.