Hija del naturalista y artista franco suizo Bernard de Watteville, pero nacida en Inglaterra, y muy prematuramente huérfana de madre, Vivienne parte con su padre en 1923 hacia el África negra —Kenia, Uganda y el Congo—, con el objetivo de cobrar piezas para el Museo de Historia Natural de Berna, sin experiencia alguna de ambos en la caza. En su largo viaje, no obstante, fueron adquiriendo práctica tanto en el uso de las armas como en la taxidermia, de la que se encargaba la joven Vivienne. Cuando llegaron al Congo ya habían cobrado cien piezas entre las que se encontraban los cinco grandes (león, elefante, rinoceronte, búfalo y leopardo) y, en, contrapartida, el 30 de septiembre de 1924, fueron los leones quienes se cobraron la vida de Bernard, lo que supuso que Vivienne de Watteville, con 23 años, se quedara sola al frente de sesenta miembros de la expedición que contaba con rastreadores, porteadores y desolladores nativos, a los que debía alimentar con su rifle. Completó su misión —y la colección de especímenes que contenía su licencia, al abatir a un rinoceronte blanco—. Regresó a Europa en 1925, y dos años más tarde publicó su libro Out in the Blue, que levantó de inmediato la admiración de los lectores e impresionó y conmovió al propio Wilfred Thesiger.
Años más tarde regresaría a Kenia y pasaría sola cuatro meses en una tienda de campaña en la reserva de animales de Masai Mara sin más armas que una cámara de fotos.