El 27 de abril de 2013 el pueblo de Almonte se echa a la calle en la última Sabatina antes de que la Virgen del Rocío vuelva a su aldea. Nadie podía sospechar que a pocos metros de la Iglesia, mientras se cantaba la Salve, estaban asesinando brutalmente a Miguel Ángel Domínguez Espinosa y a su hija María, de ocho años, de 151 puñaladas. Inesperadamente, tras más de un año de investigaciones, la Guardia Civil detiene a Francisco Javier Medina, pareja entonces de Marianela, la ex-mujer y madre de las víctimas. Aunque las pruebas indican lo contrario, Medina va a la cárcel y comienza una pesadilla de años de irregularidades, excesos y presiones extrajudiciales que se prologan hasta el Tribunal Supremo, donde se confirmó su inocencia ya con sentencia firme.
El hecho de que este doble crimen de Almonte haya sido enjuiciado por un jurado popular y que el acusado resultara absuelto lo ha convertido en un caso único: nunca había ocurrido nada parecido. Mucho menos que el acusado injustamente de haber cometido un doble crimen pidiese, cuando queda demostrada su inocencia, personarse en el proceso para exigir que se descubra al verdadero asesino, que sigue suelto.
Este libro nos invita a reflexionar sobre los vicios adquiridos por algunos de los pilares esenciales de la democracia española, como el sistema judicial, los cuerpos policiales o los medios de comunicación. Cuando el lector cierre la última página de este apasionante texto, quizá lo invada una extraña sensación de angustia si, en algún momento, se ha parado a pensar que todo lo que está conociendo le hubiera pasado a él.