En plena ola de calor, Sanford Montague es invitado a pasar un fin de semana en una finca de Manhattan rodeada de vegetación, propiedad de la familia Stamm. Durante la noche, alguien propone darse un baño en el Estanque del Dragón, que desde hace años es utilizado por los anfitriones como piscina. Montague se zambulle en las aguas y no vuelve a salir a la superficie. El maleficio del dragón, con su aterradora y siniestra capacidad para dominar las mentes supersticiosas, va apoderándose de todos, en un entorno, antiguo asentamiento de los indios, en el que aún perviven leyendas y misterios atávicos. Solo el cerebro privilegiado del sofisticado Philo Vance, siempre dispuesto a ayudar a su amigo el fiscal del distrito, parece capaz de romper las sombras que rodean a un caso mediante el empleo de su mentalidad analítica y su vasta cultura.