En la imaginación de la pequeña Ana, la casa de la antigua calle de San Juan en la ciudad transilvana de Kronstadt tiene rostro, pensamientos y sentimientos. Ha sobrevivido heroicamente a dos terremotos, dos guerras mundiales y un ataque con bomba, mientras que sus «parientes» de enfrente tuvieron que dejar paso a un hotel de gran altura.
Ioana Pârvulescu, originaria de esta misma ciudad, cuenta en su novela la historia de los habitantes de esta casa a lo largo de varias generaciones y de nacionalidades cambiantes. Este es un relato luminoso de un período sombrío, el siglo xx, en el que la familia y la ciudad sobrevivieron primero al régimen fascista pronazi y más tarde a la despiadada dictadura comunista de Ceaucescu.
Escrita con una elegancia casi epistolar, llena de nostalgia, poesía y humor, y poblada de personajes memorables, la novela de Ioana Pârvulescu es un canto a la vida y a la memoria, porque «el pasado debe permanecer, en nuestras vidas, tan lleno de posibilidades como el futuro».