En nuestros días, no parece posible dejar de acudir al filón inagotable de las ideas de Max Weber. La propia posmodernidad ha visto un precedente en ellas y en las tensiones que se agitan en su interior. La presente obra trata de explicitar y discutir las razones de esta filiación posmoderna partiendo de una visión de la personalidad intelectual de Weber como teórico de la historia, poniendo de relieve cómo su proyecto teórico de la Religionssoziologie supone un desafío global a la fiosofía de la historia de raíz hegeliana. En definitiva, este libro aporta algunos ángulos nuevos desde los que entender el decisivo papel de Max Weber en la crisis de las ciencias sociales, una crisis que, en buena medida, se extiende hasta la actualidad.