Presentamos una antología completamente subjetiva que pretende ser muestra de la huella que el teatro simbolista francófono y, en especial la producción del belga Maurice Maeterlinck, dejaron en la dramaturgia hispana hasta el primer cuarto del siglo xx. El tema de la muerte y su diferente tratamiento la unifica, bien erigiéndose en protagonista, bien de la mano de otros como el enfrentamiento entre fe y razón, el adiós a la infancia o el impacto de la duda asesina. Simbolismo y modernismo se complementan en un recorrido estético que arranca con la quiebra de los tópicos naturalistas en el teatro de Echegaray y termina con piezas de Azorín ya empapadas en superrrealismo.