El dramaturgo alcoyano Juan Gil Albors nos plantea, en este su último texto dramático, una problemática absolutamente contemporánea en torno a temas tales como la religión, la Iglesia y la existencia de Dios, de cómo nos han ofrecido las ideas de más allá, del cielo, no como un lugar de encuentro sino como el trofeo, el premio; las religiones y las iglesias como creadoras de un obtuso aparato de tal aspereza que es el principal causante de las deserciones de los fieles y del alejamiento de la realidad.
Un dramaturgo con conocimiento de cómo funciona este arte, es capaz de poner ante nuestros ojos los asuntos más complicados del modo más entretenido, hablarnos de la vida y la muerte, de la libertad y de los sueños, de Dios o del amor sin perder la amenidad. Esa es la maestría de este artesano del secular oficio que es Gil Albors, que se ha atrevido a escribir en una obra de teatro los errores de la Iglesia, o si se prefiere sobre los errores del clero.